1 de julio de 2009

Solidaridad como cuestion universal


La definición de solidaridad en el diccionario es la siguiente: "Asociación y comunidad de intereses y responsabilidades". En cuanto a su origen etimológico encontramos que la raíz latina esta en la familia de las palabras de solidas, con el significado de “sólido”, “compacto”, “entero”. En esta raíz etimológica hay dos universos significativos: el de la construcción (algo construido sólidamente) y el de la jurisprudencia (obligaciones contraídas in solidum, mancomunadamente. Del primero quedará la lógica orgánica en el concepto de solidaridad: la unidad de un todo en el que las partes están sólidamente trabadas. Del segundo quedará la exigencia de compartir el destino entre las personas implicadas.

Todos hoy sabemos que el universo entero está sometido a la ley de solidaridad, que es una con la ley de amor, justicia y caridad, que tiene que ver con la entrega y la renuncia. Que las fuerzas del universo son solidarias, repercuten y vibran al unísono. Que por esta ley todo se eslabona y se une tanto en lo moral como en lo físico. Que todos los seres están unidos los unos a los otros e influyen recíprocamente desde lo más ínfimo de la creación hasta los más majestuoso y superior. Que cada uno de nosotros es un resplandor, una chispa emanada de Dios, fuente del BIEN. Que como hijas de Dios, todas las almas son hermanas y todas las relaciones que nos unen están ligadas a este hecho: nos unen lazos estrechos de fraternidad y solidaridad.


Que en la lenta ascensión del ser hacia Dios, lo que buscamos es el bienestar y la felicidad, pero que la única forma posible de que el alma pueda progresar realmente es en la vida colectiva, trabajando en provecho de todos, ya que el progreso de uno se refleja en todos, el atraso de uno afecta a todos y el sufrimiento de uno perturba la serenidad de los otros.

Pero como todas las virtudes, que están inmanentes en nosotros por ser hijos de Dios, también la solidaridad, está en germen aún. ¿Por qué decimos esto? , Porque en los estadíos inferiores, la ley de solidaridad se cumple automáticamente, y cuando el espíritu llega a ser espíritu, que comienza a tener conciencia de sí y de lo que lo rodea, en su sencillez e ignorancia, elige, selecciona, excluye, y no comprende que su prójimo merece el mimo respeto, la misma consideración que al igual que el tiene las mismas luchas y los mismos anhelos.

Y si bien hoy la solidaridad forma parte de nuestros conocimientos, y es una verdad que compartimos y aceptamos, como seres inteligentes de la creación que somos, con libre albedrío, debemos plantearnos cuanto de esta verdad forma parte de nuestra vida diaria y de nuestro sentir. Porque puede pasar que ésta, esté solamente en el campo de los conocimientos y a la hora de colaborar con el crecimiento de lo y los que nos rodean, no los pongamos en práctica o mezquinemos esfuerzos.

¿Que impide que nosotros, conocedores de esta alta verdad, no nos dispongamos firmemente a practicarla?. Principalmente la ignorancia que tenemos de cual es nuestra realidad. Generalmente creemos que el tener bien definido un concepto éste ya forma parte de nuestras vidas, y queremos salir a practicar en las formas, sin conocer que sentimos frente a él, si nos interesa realmente el semejante y su necesidad como la propia, cuanta es nuestra disposición y si tenemos disposición.

Disponernos requiere un trabajo, un esfuerzo, voluntad, responsabilidad en forma permanente, no solamente cuando nos sobra tiempo, cuando nos acordamos, cuando tenemos ganas, que si bien está dentro de nuestra libertad, esta no es la verdadera solidaridad. Hay que lograr sentir el dolor, la necesidad ajena como si fuera propia y darle el mismo valor e importancia, sentir que su sufrimiento nos afecta y que no nos resulte indiferente.

Cuando se habla de solidaridad se tiende a pensar en las grandes actitudes ante las catástrofes naturales, las guerras, los países que sufren bloqueos, y si, son actos de solidaridad. Pero hay otros actos de solidaridad que son más cotidianos e inmediatos y que por serlo se descuidan.

Recordemos que en un principio dijimos asociación y comunidad de intereses.
¿Cuántas veces hacemos de comer a nuestra familia con un estado de amor y entrega por lo que ellos significan en nuestras vidas y por su felicidad? Muchas veces pasa que termina siendo un acto rutinario, obligado, sin ganas, que nos lleva el mismo tiempo, pero que no cumple más que con la función de ingresar alimentos al cuerpo.
¿Cuántas veces nos disponemos a escuchar a los hijos o al compañero /a en el momento que ellos lo requieren y no sólo cuando estamos de ánimo para ello?
En los ámbitos donde interactuamos ¿escuchamos con simpatía e interés a quien propone una mejoría para todos o lo ignoramos o desmeritamos?
¿Preguntamos y nos disponemos a participar?
¿Somos servidores de los demás y no de nosotros mismos?
¿Comprendemos el daño que ocasiona ser indiferentes a las buenas causas?
¿Disfrutamos el valor del trabajo en grupo, cumpliendo lo mejor posible nuestros compromisos? ¿O trabajamos aisladamente sin compartir?
¿Conozco a mi vecino, me interesa, sé si sufre alguna necesidad?, ¿Conozco mi barrio, me involucro en lo que significa el bienestar de mi comunidad? Nosotros que estamos cerca de la realidad generalmente la desconocemos o la ignoramos, y después protestamos.

Con frecuencia se reniega contra la grosería, contra las pasiones brutales, las codicias y las reivindicaciones de las gentes más humildes, pero no se reflexiona lo suficiente sobre los malos ejemplos que los rodean desde la infancia, las necesidades imperiosas que les imponen una tarea ruda y absorbente que no deja tiempo a ocuparse de sus inteligencias. La falta de trabajo, la enfermedad y la miseria los amenazan y los hostigan sin cesar y se necesita para soportarlos verdadera resignación y fuerza del alma. Sin embargo también ellos son abnegados y luchan tenazmente contra la adversidad. Cuantos niños privados de lo necesario, cuantas familias sufren el frío invernal sin contar con alimentos y cobijo suficiente.

Deberíamos apresurarnos a aliviar sus males; enjugar sus lagrimas y trabajar con todas nuestras fuerzas para que en la tierra se produzca un reparto más equitativo de los bienes materiales. No sabemos cuánto bien harían sobre sus almas una buena palabra, una demostración de interés, un cordial apretón de manos. Pero sobre todo recordar que es un compañero, un hermano de armas en la lucha por la vida.

Muchos de los males que padece nuestra sociedad (robos, asesinatos, abusos) parten del desinterés, de fomentar las diferencias sociales acaparando en forma desmedida, de creer que nos podremos salvar solos y que mientras a nosotros nos vaya bien no importa lo demás, y de no diferenciar lo esencial de lo superfluo.

Casi todos los aquí presentes hemos tenido una vida buena y alejada de las grandes necesidades, sería un buen ejercicio la valoración de todos los seres que solidariamente han contribuido a ser lo que hoy somos: nuestros padres que nos han tenido bajo su cuidado, su guía y su ejemplo, nuestros hermanos que nos han fogueado en las relaciones, nuestros compañeros de escuela que nos han ampliado el campo de los afectos, a nuestros jefes y compañeros de trabajo que nos prueban en la tolerancia y la aceptación, nuestros amigos y seres queridos que nos ratifican nuestra valía, nuestra ciudad, nuestro país que nos da un sentido de pertenencia y responsabilidad. Pero sobre todas las cosas, debemos agradecer a Dios, que por amor y solidaridad, a través de la encarnación nos permite probarnos, hacer experiencia, y además por esa misma ley de solidaridad, nos permite tener contacto con espíritus superiores que nos ayuden y nos guíen ante nuestras vicisitudes.

Como seres que tratamos de transitar la evolución de forma consciente y sabiendo que la solidaridad es un hecho natural de la vida universal, ha de ser nuestro esfuerzo en motivarnos a ella manteniendo la mente lúcida y activa en propuestas, abrir bien nuestros ojos para captar la realidad que nos rodea, tener los oídos atentos a escuchar lo que se nos reclama, corazón abierto y generoso a las necesidades de nuestro semejante.

Nos dijo alguna vez un espíritu: "Como hombre fui un estudioso del universo físico y con ello me deslumbré, hoy como Espíritu soy un estudioso del Universo desde otro ángulo de visión y de mi entendimiento. Si aquello me deslumbró, hoy esto conmociona mi alma, pues recién estoy comprendiendo que Espíritu del Universo es el Espíritu de la creación y es apenas comprender a Dios. La danza de todo lo creado es tan armónica que mi Espíritu queda atónito bajo los efectos de esa magnificencia. Me despido augurando al hombre de todas las latitudes y al espíritu del universo que la unión y la fusión que parecen iguales pero no lo son es el punto de partida para comprender el espíritu de todo lo que existe. Con Uds. Camilo Flammarión".

"Les quiero solicitar que traten de penetrar en la vida misma de la virtud y ello significa comprender el amor, la justicia y la entrega como estado universales permanentes de Dios que encierra el estado virtuoso, así podrán trascender la simple definición de virtud como acto que corresponde pensar, elaborar y comprender, cuando hablamos de respeto hablamos del principio de cohesión que liga el universo físico posibilitando las formas como elementos de utilidad, y cuando hablamos de unión a partir del respeto hablamos de integración afectiva que hace de la relación un acto de tolerancia, de comprensión y de aceptación, recién en esa instancia el concepto hermano toma la gravitación real que posee. Espíritu Protector."

26 de junio de 2009

Conociendo a Candela...


En la etapa de cualquier joven, existen cuestiones de madurez que la vida propicia a través de circunstancias y condiciones. Algunos viven tempranamente lo que otros lo harán en otros momentos o hay quienes a través del conocimiento deben valorar y comprender lo que para otros es una necesidad experimentarlo. Ninguno de nosotros puede establecer con justo criterio el compromiso de cada espíritu, pero sabemos con total seguridad, que todo se equilibra en un perfecto balance, donde la Justicia y la necesidad de aprendizaje son protagonistas principales.

En conocimiento de ello, los chicos de la Pre y sus responsables, se propusieron escuchar, conocer y comprender la nítida experiencia vivenciada de alguien, que sostenida en el agradecimiento y el optimismo, representa el esfuerzo permanente por la aceptación de la vida con sus condiciones y circunstancias de aprendizaje y mejoramiento.

Fuimos a la casa de Candela Salvador, ella tiene parálisis cerebral, padecimiento que recorrió junto a su familia desde su nacimiento. Hoy a los 31 años luego de un duro transitar para la aceptación comenzó a ver que su condición la lleva a vivir situaciones que con un físico “normal”, no habría alcanzado nunca. El poder expresar lo que siente, la búsqueda interior, una sonrisa permanente y la mano tendida a los que se encuentran en condiciones mas limitadas que ella hacen que su vida comience a ser aceptada, desde el esfuerzo constante…desde el día a día.

Salida de percepción, conocimos a Candela 09/05/2009
Candela:
Yo renegaba mucho de la discapacidad, no le encontraba el sentido. ¿Porque me toco a mi esto? ¿Por qué a mí, para que?si yo no le había echo nada a Dios, si yo no le había hecho nada a las personas? ¿Por qué a mí?¿Por qué la discriminación, sentirme menos, sentirme fea, sentirme mal... sentirme vacía? Hasta que me recibí... y me propusieron trabajar y especializarme en discapacidad.
Nada es por casualidad, todo llega en su justo momento y tiene un porque. Ahí encontré el porque.
Es difícil porque soy mujer, soy discapacitada y soy abogada, todos los condimentos...
La persona con discapacidad, el que tiene conciencia y tiene que luchar, sabe lo que es la discriminación porque , quien le va a dar trabajo? cuando vas al boliche, todos huyen...parece que la discapacidad fuera una enfermedad, y no lo es...es un padecimiento con el que la persona tiene que luchar


¿Cuando eras chica estabas muy enojada?
Más en la adolescencia. Yo siempre fui la “traga” porque suplí la discriminación con el estudio y eso es bueno y es malo. Es bueno porque me cultivé intelectualmente, pero es malo porque no enfrenté otras cosas.
A los 16 años me invitan al Domingo Savio de Mallin. Fue un lindo grupo, pero se fue disolviendo porque todos tenian diferentes intereses. Ahí me encontré de nuevo sola con mi realidad…y me escondí otra vez a estudiar, hasta que llegó la ultima materia.
Estaba con un desafío personal sin saber qué hacer. ¿Que hacía sola, sin aspiraciones? Yo soy discapacitada y tengo que pedir ayuda, no es fácil. Esto, luego, fue como renacer.

La abogacía, ¿fue una opción por descarte, una casualidad o la motivación de vida?
Muchos estudiaron porque el papá o la mamá eran abogados. Yo quise defender a los demás, defender con la palabra, con argumentos. y tener base legal, saber donde se defienden las cosas.
Luego me dí cuenta que no hay con discapacitados abogados. No te olvides que las personas con discapacidad son personas, se comenten delitos, como los convencionales y hay que defenderlos. La violencia familiar se ve mucho donde hay personas con discapacidad, por eso son vulnerables y por esos hay que defenderlos.


Vos sabés que nosotros creemos en la sucesión de vidas y en poder planificar cada existencia para nuestro crecimiento ¿Crees que la discapacidad fue una elección para tu vida o fue impuesta?
Sí, yo creo que me sentía muy fuerte y que podía enfrentar todo. Mi cuerpo, actual, no lo capta, pero creo que uno viene a perfeccionarse, por eso me tocó lo que me tocó.

El echo de conjugar la discapacidad y tu carrera por elección, ¿es otra forma de lucha?
Me imagino que antes tenía más fuerza física y menos fuerza personal, ahora es la revés.
No necesito el buen físico, sino sentirme bien yo para poder lograr las cosas, no nos olvidemos que todos necesitamos el uno del otro. Se vive en un mundo tan materialista que se olvidan del otro, y todos nos necesitamos. Yo de ustedes y ustedes de mí. Es un ida y vuelta. Somos aves de paso…

Algunas situaciones que no podés controlar, ¿Te dan rebeldía, bronca?
Si! Tal cuál.

¿Y podés para, perdonar en el momento?
No, en el momento no. Pero después cuando me sereno y dejo pasar el tiempo, puedo sentarme a hablar.

¿Pensás que desde tu lugar y condición podes enseñarle algo a ese ser con el que te enfrentas? Porque para el otro puede ser una experiencia importante
Y sí…nada es por casualidad.
El otro día yo estaba muy enojada y para mi cumple vino una amiga que me invitó a un curso de control mental y de energía. Me doy cuenta que de esa manera estoy pudiendo bajar mi nivel de enojo. Puedo ver otras cosas, trato de captar todas las situaciones y de estar abierta Ya no me pasan por al lado, puedo captarlas y analizarlas.
Creo que hay que vivir el presente, disfrutar cada instante, cada momento.
Tenemos un por qué, eso le da motivos a la vida. Claro, que a veces por lo cotidiano no nos damos cuenta. Pero hay que estar despierto, y si alguien no tiene un buen día, entonces poner buena cara, decirle gracias, una sonrisa y podemos cambiar nuestro día o el día a alguien más.
No vivan tan apresurados, mañana no saben si van a tener la oportunidad que hoy tienes de compartir...

¿El valor de las cosas sencillas?
Exactamente! Disfrutar más de las cosas sencillas. El valor de la familia es el sostén de todo ser humano.

Y tu familia?
Es una maravilla! Mi mamá que se encarga de todo, yo creo que la elegí.
Mi viejo es tranquilo, mi hermano... y mi hermana que es fuera de serie, muy compañera; es mi amiga y si no está la extraño. Todos me ayudaron para la aceptación. Mi hermano ahora está trabajando en la discapacidad, porque es adolescente y le cuesta un poco…
Yo soy lo que soy por mi familia!! Es así!! Renegamos por lo cotidiano, pero ellos siempre me empujan a crecer. Sin ellos, no sé a donde hubiera llegado. La familia es todo…Por ahí no sabemos valorar lo que tenemos…¡¡hay que consentirlos, mimarlos!
Si uno esta abierto puede darse cuenta como está el otro y puede ayudarlo, con un beso, con un abrazo, con un perdón.

¿Proyectos?
Puf! Muchos! Trabajando por los demás. Ahora estoy leyendo sobre accesibilidad. Yo protesto por las barreras arquitectónicas...y ni hablar de las otras!! Soy persona, soy mujer, soy abogada, … y soy discapacitada.
La discapacidad, ¿te llevó a lugares que de otra forma no habrías pensado?
Si, tal cual. Desde el crecimiento…la mente va y va, el cuerpo se queda! el crecimiento intelectual y el crecimiento personal van de la mano..creo que la discapacidad me dio muchas cosas, y yo hoy puedo luchar por los derechos de las personas con discapacidad.
Ustedes tiene más oportunidades que yo a la edad de uds…yo estaba echa un espanto, ahora me siento mas linda, pero porque estoy bien de acá, de adentro.

Te sentís completa?
Si, como persona me siento completa. Sólo pienso que me gustaría tener un hijo, no se si se dará…Pero me siento rodeada de gente que me quiere.
Yo nací así, vine con este “paquete” que es maravilloso…pero hay que aceptarlo. Cada uno tiene su propio progreso, hay que esperar el momento justo. A veces no valoramos lo que tenemos, queremos vivir situaciones de otros, y no somos todos iguales, venimos con paquetes diferentes...somos diversos.
Ojo! hay días que me siento mal, que quiero bajar los brazos, que quiero largar todo...pero digo, se me fue una entrañable amiga, mis abuelos, mi tía que era mi amor, y yo decía a Dios, porque? ...pero bueno, son angelitos. cumplieron su misión, me dejaron muchas enseñanzas y se fueron. Hay que seguir luchando

¿Podés agradecer la vida que te toco?
Si, yo agradezco, pero nuca me imagine poder hablar así de esto...antes no! ahora puedo ayudar a los otros y ayudarme. Hay muchos chicos que no tiene defensa, que no pueden hablar, con situaciones tan complejas que no pueden defenderse. Soy una privilegiada, que pudo llegar con una profesión y que me dió armas para la lucha. Bienvenido sea! Por algo será!!

31 de mayo de 2009

Interferencia de la disconformidad y la rebeldía en la aceptación de la vida

Para comprender la relevancia de este tema, nos debemos remontar a la faz instintiva del Ser. El espíritu antes de ser tal, transitó como psiquis por el estadío evolutivo animal; y ello le permitió construir los elementos primarios que más tarde conformarán la inteligencia. La supervivencia, la adaptación al medioambiente agresivo condicionaron la psiquis a dar vida a una particular fuerza interna. Esta lo ubicaba prioritariamente por encima de todo y de todos, constituía la ferocidad el elemento fundamental de la evolución. Hoy desde nuestra perspectiva espiritual entendemos a esta fuerza como el principio del estado natural del espíritu: el egoísmo y el orgullo. Más que términos linguísticos que asociaríamos a sentimientos humanos, debemos ubicarlos dentro la génesis del espíritu, impulsando la evolución durante cientos de vidas, procesos y experiencias.

Con la consolidación de una inteligencia primaria, esta fuerza interna se ajustó a las conveniencias de su supervivencia primero y predominio sobre el entorno después. Para ello, durante milenios e incalculables períodos de la evolución, concibió modos de su conducta que garantizaron las premisas anteriores: supervivencia y dominio.

En “Personalidad y Reencarnación”, de B. Drubich, explica la disconformidad en sus orígenes evolutivos como el “...mecanismo que permite detectar peligros, errores ,o no conformarse con una situación determinada del medioambiente. Este mecanismo asegura buscar otras soluciones u oportunidades para el mejoramiento y progreso de una especie. Es un mecanismo psicológico instintivo que forma parte de una secuencia de conducta, constituida por DESCONFORMIDAD->REBELDIA->RABIA-->IMPOSICIÖN.(una da entrada a la otra, secuencialmente)."
Respecto a la Rebeldía menciona: "Impulso inconformista que genera variantes en la solución de los problemas biológicos, enriqueciendo las respuestas biológicas en la especie. Ejemplo: un carnero, líder de rebaño, puede variar su instinto de huir cuando lo agreden, reaccionando con un enfrentamiento al agresor. Este hecho, según produzca victoria o fracaso, producirá, en el 1º caso(victoria) una estimulación de la rebeldía, (y del centro cerebral de la agresión),o un fracaso, y entonces se estimulara el centro de la huida cerebral, produciendo la huida. Con el tiempo y experiencias victoriosas, se aquilata genéticamente, no ya en el individuo solo, sino en la genética de la especie, fortificando la rebeldía que generara enfrentamientos defensivos de las manadas, lo que brindara mayor seguridad a la especie. Este sencillo ejemplo nos demuestra como la rebeldía, como actitud conductual de enfrentamiento por desconformidad con las condiciones del medio, puede generar la violencia o rabia, que es la 3o etapa de la secuencia conductual (Desconformidad- rebeldía rabia), lo que al final, da como resultado un mejoramiento en las condiciones evolutivas de la especie considerada. En este ejemplo del cordero, hemos buscado una especie no agresiva por naturaleza, para comprender mejor el contraste del cambio de actitud.

Debemos remontarnos a los procesos de evolución donde el instinto comandaba enteramente el siquismo, podremos ver entonces que cada cambio, exigió de cada especie una entrega y
una readaptación en la cual fue preciso sucumbir para renacer bajo una nueva modalidad, de allí se derivan los miedos inconscientes y las reticencias a entregarse a nuevas formas de vida. Detrás de la inconsciencia del instinto, estaba la Divinidad motivando bajo formas esenciales, el cambio y la evolución.

Estas modalidades imperantes durante tanto tiempo, no sólo perduran en nuestra faz instintiva animal, sino que presionan desde la inconsciencia por mantenerse como estructuras válidas para el espíritu, mientras este no lo aborde. Por ello estas estructuras inconscientes resultan ser en el espíritu estados vibratorios
prácticamente autónomos, si la expresión literal lo permitiese podríamos llegar a decir que poseen vida propia. Hoy la Divinidad aún está presente y permite con el pensamiento y la faz conciente participar de los cambios de manera voluntaria y bajo el libre albedrío.

Por lo tanto es fundamental poder estudiar, distinguir, reconocer y asumir en lo individual la acción de estos estados interfiriendo la expansión del espíritu. Porque debemos considerar también que estos estados no poseen futuro en la evolución, su destino es la sublimización e indefectiblemente la Ley d
e Dios garantiza y garantizará que ello así suceda. La clave para nosotros, esfuerzo y disposición mediante, es abordarlo desde nuestro manejo consciente. El progreso del espíritu será para quien en definitiva se decida por el.

¿Qué entendemos por interferencia?
En física en el estudio de mecánica ondulatoria, la interferencia es lo que resulta de la superposición de dos o más ondas, resultando en la creación de un nuevo patrón de ondas.

Si la cresta de una onda se produce en el punto de interés mientras la cresta de otra onda está arriba de ese punto (es decir, si ambas ondas están en fase), ambas ondas se interferirán constructivamente, resultando en una onda de mayor amplitud.


Si por el contrario, las ondas están desfasadas (es decir, los máximos no coinciden en el tiempo), ambas ondas se interferirán destructivamente, resultando en una onda con amplitud menor o incluso nula.
Si supusiéramos la variable tiempo como la necesidad del espíritu en función de evolución, nos daría una idea más exacta de lo desactualizada de la propuesta de la disconformidad-rebeldía como tendencia, frente a lo que el espíritu necesita y reclama en este tiempo evolutivo.

Interferencia de la disconformidad y la rebeldía
Siendo estos, estados que se originan en el orgullo como derivación de la naturaleza primaria del espíritu, la emisión de su estado vibratorio es permanente, sólo cuando este es reconocido y asumido desde la faz consciente, la emisión vibratoria se fracciona.
La interferencia se da en los centro potenciales del espíritu: a nivel del pensamiento y la intelectualidad; a nivel del acceso al sentimiento y en la acción como manifestación resultante.


¿Qué es la disconformidad?
La disconformidad representa a nivel de las tendencias un estado de exigencia del sentimiento, es el espíritu que exige de acuerdo a sus estructuras determinados estados de la vida para con su comprensión. Cuando se menciona exigencia se define un estado del sentimiento, su intimidad, su sentido y su finalidad inconsciente; esto es válido para comprender y reconocer la esencia de una tendencia como manifestación del sentir.
A fin de desmenuzar este sentir al nivel del pensamiento, podríamos hacer algo así como una “sopa de palabras”, y buscar conceptos que representen la exigencia, comenzando quizás por el diccionario:

La exigencia no admite más que lo establecido por el gusto del espíritu, gusto que descarta la verdad que lo puede conducir a nuevas estructuras y descarta la acción del reconocimiento ya que lo ubicaría frente al cambio de actitud. Estas posturas representan una interferencia con respecto a la actitud de humildad que el espíritu debe adoptar y ubicarse en la idea de dejar de lado el “yo pretendo” para disponerse a comprender las verdades por ajenas a su realidad. Representa la mutación del estado de ferocidad, por ello su derivación en rebeldía y rabia o ira.
Recordemos la secuencia del momento instintivo. La misma aún permanece como mecanismo, pero más que considerarla en su aspecto fenoménico, tengamos presente su intensidad. La hemos utilizado readecuándola constantemente para sortear lo que nosotros consideramos como obstáculos o escollos en el camino.


¿Qué es la rebeldía?
La rebeldía parte del orgullo y como definición de estado representa el mayor ánimo de soberbia de un espíritu que se enoja ante todo lo que él no considera acertado; esta definición de rebeldía asocia el estado de violencia que es falta de respeto y así los seres muy rebeldes son seres destructivos con incapacidades para la vida en común con otros seres, y como consecuencia de ello la soledad es un resultado.
Su diferencia con la disconformidad es que ésta es la expresión exigente del espíritu, más involucra el espíritu mismo, sus consecuencias son mayores como estado de desequilibrio.


El orden de interferencia Fluídico-Espiritual
A estas definiciones de las interferencias integrales de la disconformidad y la rebeldía, debemos agregar la relación fluídica y espiritual; esto es el desgaste energético que provoca la enfermedad y es el desequilibrio de los centros del pensamiento y del sentimiento que terminan dando cabida a estados espirituales.
¿Por qué sucede esto? Porque la exigencia determina resistencia y la resistencia se manifiesta por oposición de energía ante las circunstancias no aprobadas; esta exteriorización es periespiritual pero puede renovarse en cada estado de reconocimiento. Sin embargo, si ello no sucede, los estados espirituales encuentran el camino de acople a una realidad equivocada. Comienza con un nivel de fascinación que a través de la fascinación con el tiempo puede permitir las condiciones a un nivel de obsesión.


Interferencia en la relación intelecto-pensamiento
La apertura intelectual está originada por el interés de adquirir conocimiento, si este conocimiento es aceptado se traslada a la vida del pensamiento, por eso debemos hacer la distinción de estos estados, como lo son el intelectual y el pensamiento que a menudo se confunden, puede existir intelectualidad adquirida, como conocimiento y no ser aceptada.
Es así que a menudo se confunde la adquisición de conocimiento con lo que es la aceptación del mismo, en esta aceptación radica el principio de disconformidad que como tendencia interfiere la voluntad.
Ahora bien, en este proceso de aceptación, uno tiene que permitirse poder aprender de uno mismo; de sus modalidades. Es decir que cuando buscamos, elaboramos o analizamos, debemos integrarnos a lo que es nuestra realidad. Esta realidad significa que de cada debilidad que se encuentra, no generar automáticamente la exigencia de cambiar o quitarla del camino. AL ESPIRITU NO SE LE EXIGE, NO SE LE SOMETE SU INICIATIVA NATURAL, SOLO SE LE PROPONE LA ACEPTACION DESDE LA SENCILLEZ. Este es el camino libre del progreso consciente.

La aceptación de la verdad como salida
Esto nos deja en el camino de salida. La salida está en la humildad, como elemento que otorgue un freno en la interferencia de estos estados. Lo otro es considerar que la batalla se plantea al principio en el pensamiento, en la aceptación de las nuevas condiciones que el conocimiento propone. Debemos considerar; dejar las apreciaciones que hasta ahora todo definían y otorgaban valor; y revisar con la apertura necesaria para pensar que lo que era indefectiblemente así, quizás tenga un sentido distinto o merezca un valor diferente.
La aceptación de la verdad no implica el nivel de exigencia donde se somete la iniciativa natural del espíritu, la aceptación representa un proceso natural no forzado donde la verdad adquiere carácter lógico a través de la sencillez.

Nos decía un espíritu: “comprender que la participación de vuestro pasado instintivo está presente y tiene fuertes estados inconscientes de interferencia con respecto a la expansión y el crecimiento espiritual de cada ser. Hoy tienen un elemento del cual valerse para transformar el instinto en virtud, ello es el conocimiento y la búsqueda de los sentimientos, este proceso es un lento y gradual ejercicio que va cambiando miedo por confianza y cada acto de confianza es el impulso de la fe ante el esquema que Dios ha dispuesto.”

La confianza es apertura sincera, apertura del corazón, entrega, es docilidad. Dejemos la exigencia frente a cada momento de nuestras vidas. La exigencia también nos sugiere no aceptar que esta realidad disconforme y rebelde emite constante y permanentemente vibraciones, que sugiere juicios, interpretaciones y valores.
Adecuémonos ante la primer circunstancia del día y preguntémonos: ¿qué nos propone? ¿qué quiere decirnos? La vida representa una dimensión de posibilidades que pasamos por alto en gran medida. Tomemos la decisión y el valor de asumirlo, de sentirlo, cuando ello suceda habrá un momento de NO-EXIGENCIA; momento que será retribuido por Dios con un impulso que nos ganará en alegria, en esperanza; sentiremos que pese a todo la felicidad es posible; luego será la conciencia de que SOMOS, que nuestra realidad es una, que habrá trabajo por delante, pero que ello abre las puertas a nueva vida: la vida del espíritu.

La Ley Natural en la pluralidad de mundos

Se lee en el prefacio de la obra de Arthur C. Clarke: 2001 Una Odisea Espacial: “Tras cada hombre viviente, se encuentran treinta fantasmas, pues tal es la proporción con que los muertos superan a los vivos. Desde el alba de los tiempos aproximadamente cien billones de seres humanos han transitado por el planeta Tierra. Y es en verdad un número interesante, pues por curiosa coincidencia hay aproximadamente cien billones de estrellas en nuestro universo local, la Vía Láctea. Así, por cada hombre que jamás ha vivido, luce una estrella en ese Universo”.

La Ley Divina o Natural, dentro del conocimiento espírita debe entenderse como la que rige en el mundo y los mundos. Para comenzar diré que lo primero que se debe comprender es la existencia de Dios, o por lo menos considerarla; el nombre es relativo a los hombres, pero si todo lo que existe está, porque algo o alguien debió haberlo creado. Por esto digo, llamésmole como querramos; la verdad es que hay que encontrar respuestas.



Desde la misma existencia del hombre sobre la Tierra y ante casos naturales que no pudo resolver en su tiempo, lo trasladó a algo que él no podía ver, pero que la superioridad era manifiesta. Y ante la potencia de sus efectos que de ningún modo pudo enfrentar, le puso muchos nombres y todos los poderes, ha partir de ese momento su vida estuvo, enlazada y vinculada.
Ese hombre con el tiempo vió que se repetían situaciones como algo automático: la cosecha era después de determinada cantidad de Lunas; las estaciones con sus características climáticas se alternaban con la misma regularidad y así todas sus actividades estaban regidas por la naturaleza. De esta forma, poco a poco, fue comprendiendo a part
ir de su inteligencia y observación, que todo lo que ve debe tener una causa.
Los espíritus nos dicen que hemos recorrido en la evolución desde antes del hidrógeno. La lógica actual nos encamina a pensar que si esta actualidad es tal y sabemos que hubo un ayer, remontándonos al principio, llegaremos al punto de que antes del hidrógeno debió haber algo más.

Carl Sagan, en su libro La Conexión Cósmica, dice: “Las primeras atmósferas se componían de los más diversos átomos y eran muy ricas en hidrógeno. La luz del sol, al incidir sobre las moléculas de la primitiva temprana atmósfera, las excitó, provocando choques moleculares y produjo moléculas de mayor tamaño. Bajo las inexorables leyes de la química y física, estas moléculas actuaron recíprocamente y formaron verdaderos océanos y dieron lugar a la producción de otras moléculas muchos mayores, moléculas bastante más complejas que aquellos átomos iniciales de las cuales se habían formado, pero todavía microcóspicas ante toda posible medida o norma humana”.
Aquí, Sagan nos habla de las inexorables leyes de la química y la física, leyes que no cambian y que siempre que exista una causa igual, producirá el mismo efecto. Somos el producto de cinco mil millones de años de evolución, lenta, fortuita y no hay razón alguna para pensar que se haya detenido tal proceso evolutivo. El hombre es un animal en período d
e transición. No es el clímax de una creación.

Charles Darwin, en sus estudios de la naturaleza al visitar el sur de nuestro país, en su libro la Evolución de las Especies, también nos habla de distintas fases evolutivas de los animales. Allan Kardec, en el Génesis, nos dice: “Refiríéndonos a algunos millones de años antes de época actual, nuestra tierra no existía, nuestro sistema solar mismo no había empezado con las evoluciones de la vida planetaria, y sin embargo, ya esplendentes soles iluminan el éter; ya planetas habitados dan la vida y la existencia a una multitud de seres que nos han precedido en la carrera humana; las producciones opulentas de una naturaleza desconocida y los fenómenos maravillosos del cielo despliegan bajo otras miradas los cuadros de la inmensa creación ¡más que digo! Ya no existen los esplendores que en otro tiempo hicieron palpitar el corazón de otros mortales a impulsos del pensamiento del poder infinito. Y nosotros, seres diminutos que venimos después de una eternidad de vida, nos creemos contemporáneos de la creación”

El hombre como tal a visto como su cuerpo cambia a lo largo de su existencia humana; nuestra medida era distinta que la presente, es decir, nuestra altura era inferior. Y en este mismo momento en distintos puntos del planeta, encarnan espíritus en cuerpos adaptados a la
zona por nacer.

Del espíritu en sus comienzos, sabemos de su existencia como simple e ignorante. Simple porque todo está por hacerse; su evolución todavía no sabe de moral, todavía no puede discernir lo que es bueno o malo para su evolución; ni siquiera sabe que evoluciona. Ignorante porque carece de conocimiento acerca de su entorno, más hay en él como impulso divino, algo que lo lleva a investigar a buscar.

Así como se puede observar la evolución en el campo de la materia, también en el mundo espiritual, los espíritus que encarnan ahora son más adelantados y están mejor preparados para la vida que espíritus encarnados en generaciones anteriores. Es natural que estos espíritus, nuestros hijos o nosotros mismos, se entiendan con la tecnología de hoy; pero también es natural que entiendan el sentido de la Justicia, las funciones de la vida y es natural que no comprendan la mentira, aspectos que nos muestran que también la evolución es de los espíritus. Podemos hablar de los niños azules, los índigos, los cristales; todos como espíritus que encarnan en la Tierra para ayudar a la evolución, como mercaderes de sabiduría y quizás maestros en la transición.

Nos ha tocado encarnar en una etapa del planeta, donde este cambia su estado evolutivo, no como algo fortuito, sino como lógico peregrinaje evolutivo del espíritu. Por eso, esta vida lejos de ser un castigo, debemos tomarla como lo que justamente es, la posibilidad de continuar los pasos dados desde antes del hidrógeno, nuestro espíritu no recuerda porque no era espíritu, pero desde que comenzó junto con el hombre una existencia de progreso, aunque no se haya molestado en realizarla, no ha dejado de avanzar.

La Ley de Progreso, Ley Divina o Natural, son inmutables a los cambios humanos. Sagan nos decía “leyes inexorables”, y con los cambios espirituales y corporales de la humanidad estas leyes siguen existiendo, es una continuidad en el Universo, nuestro mundo va a cambiar para dejar de ser un planeta de expiación, seguramente otro planeta en algún lugar del universo ocupará el lugar que éste deja, es una correlación sin fin.


Este tema puede llevar a que cada uno pueda pensar en la majestuosa posibilidad actual de vivir, compartir, de analizar y de ver que cada individuo de este mundo está haciendo un trabajo espiritual de envergadura; algunos pueden que no se den cuenta, pero para el espíritu es valioso, una de las nuevas posibilidades que se le habre al hombre actual y al por venir es la intuición como un sentido más. Esto que por ahora nos parece difícil, que sólo algunos la utilizan, nos tiene que llevar a evaluar que si justamente algunos acceden a ella, ¿por qué no podemos serlo todos? Es la evolución permanente la que va a dar las posibilidades.

El hombre por sus propios medios debe buscar el avance, medios que podemos llamar esfuerzo, conciencia, deseos de vivir más plenamente. Debemos entender esta posibilidad y estar en contacto con seres superiores que están dispuestos a ayudar, esperando el momento y las condiciones fluídicas propicias, momento y condiciones que nosotros podemos gestar y promover.

Un mundo nuevo se le brinda al hombre, donde la felicidad es posible, donde la encarnación tal como la conocemos ahora, va a ser cuestión del pasado. Imaginémonos con todos nuestros sentidos actuales y sumemos a la intuición; tendremos un mundo donde la relación con los espíritus será tan fluida y permanente como nunca lo hemos tenido.

Para concluir debemos dejar claramente asentado que la Ley Divina o Natural, es para todos los mundos, de aplicación en todos los tiempos. Acompañó al hidrógeno, acompañó al espíritu al pasa por los tres reinos, lo acompañará en su nueva evolución y después también.

4 de mayo de 2009

Causalidad Familiar. Su programación espiritual

El desenvolvimiento humano en las distintas edades cronológicas, conformaron distintos modos de vida y en cada una fue variando la forma y el criterio imperante. Así para cada época en que al hombre le tocó vivir, distintas fueron las experiencias y distintos fueron los aprendizajes.
Pero sin lugar a dudas cada momento de la humanidad está ligado a los anteriores y perfila los que vendrán, en un perpetuo movimiento sin discontinuidad, cada vez más perfeccionados, de lo simple a lo complejo, de lo ignorante a lo ilustrado, de lo individual a lo colectivo, de la agresividad a la comprensión y tolerancia.

Las característica de cada época va generando distintos elementos en los seres que participan de ella y para contrarrestar la adversidad, el hombre se adaptó ante lo que le tocó vivir, fortaleció su cuerpo por el trabajo material, agudizó el intelecto, y dio cause a su creatividad, así se hizo más fuerte, mas capaz y más creativo.

Este es un plan pre concebido por la ley natural, aunque a veces los hombres no llegamos a verlo con claridad, donde nada es casualidad, y las circunstancias en el ámbito social, familiar o individual existen en virtud a una ley que impulsa a aprendizajes y esfuerzos hacia un fin cada vez más elevado.

Orígenes de la familia
La formación de las familias, no escapa de esta condición y también podemos decir que las necesidades materiales y espirituales, ambas en forma equilibrada, son el alimento o sustento necesario para la familia.


En el origen de su formación, el instinto fue el móvil primario que llevó al hombre a buscar su pareja, y naturalmente llego la descendencia. La condición física y sexual más el impulso determinado por la ley de sociedad, lo condujo a ser gregario y compartir con otro su cueva y su alimento. Aquí el egoísmo le dio pertenencia y paso a ser “mi familia”. Apareció el esfuerzo, la lucha, y la dedicación para protegerla y proveer la subsistencia, el cobijo y la alimentación.
Paralelamente a lo material se fueron gestando, a partir del orgullo y del egoísmo, el desarrollo de la naturaleza gregaria que produjo la aglutinación de la familia y más tarde la gestación de las más nobles virtudes.

En distintos lugares y épocas, la pareja, eje donde se inicia y gira la familia, tuvo características de supremacía de un género sobre el otro, definiéndose matriarcados o patriarcados. A través de generaciones se fueron suavizando y equilibrando los poderes y más tarde complementando la función de uno y otro. De esta forma, la génesis de la historia, nos demuestra que la familia es la célula de la sociedad y el mejor ámbito de promoción a los cambios.

Trascendencia y objetivo
Por estas razones consideramos a la familia como trascendente a partir de los vínculos que se generan y las posibles transformaciones. El espíritu necesita del ámbito de relación intensa para poder expresar la realidad de sus sentimientos. Es dentro del ámbito familiar donde se manifiestan los estados más bellos y los mas feroces de la personalidad espiritual. Se entiende por ferocidad la condición egoísta, propia de su nivel, por la cual solo se ve a sí mismo y sus intereses.

Es a partir de la relación cotidiana, cuando el ser se manifiesta con mayor realismo, aflora la realidad de su sentimiento y con ello el caudal de sus tendencias, donde deja de lado el lustre intelectual y surgen una gama de hechos que tal vez ni el mismo conocía, esta es la diaria prueba en la convivencia familiar.
Aquel que desea su mejoramiento, aquel que es consciente de su necesidad espiritual, puede a través de la familia descubrir sus estados individuales: ¿ante quién o qué se rebela?, ¿qué le produce enojo?. La familia es el ámbito de manifestación más espontánea y puede descubrir el efecto que sus actitudes producen en los seres que lo rodean. Este puede ser el inicio de comprender la necesidad de cambio, la búsqueda de su realidad y el deseo de ser mejor.

Por otro lado, el ser que es inconsciente del objetivo evolutivo de la vida comienza a sensibilizarse ante el afecto de su pareja y de sus hijos, o ante la enfermedad o el dolor de esos seres con los que ha generado lazos.

El otro estado valorativo se encuentra a partir de la llegada de los hijos. Nuevamente la providencia nos prueba poniendo en nuestras manos la responsabilidad de espíritus con variadas condiciones evolutivas. Van a requerir de los padres, además de las necesidades de subsistencia básicas, la atención, dedicación, conducción y estado de afecto para marcarle el rumbo del bien en su niñez y a medida que van creciendo darle la posibilidad de responsabilizarse para que, llegado el momento permitirles independizarse responsablemente. Los lazos que son posible generar dentro de la familia tienen persistencia y trascendencia más allá de la distancia y del tiempo.

De aquí podemos derivar la importancia trascendente que tiene la familia en el proceso evolutivo.
La familia es un grupo de personas que conviven y que está unida por lazos, a los que hay que alimentar en el plano material y en el espiritual. En algunos seres, la familia representa la oportunidad de aprender a formar vínculos, y por su falta de experiencia estos son en principio defectuosos o condicionados por intereses egoístas. Otros ya los traen de otras vidas y pueden ser de afecto y afinidad en el bien o de rencor y enfrentamiento.

Planificación de la familia en el plano espiritual
En el plano espiritual se programa la composición de los integrantes, condiciones sociales, económicas, culturales o de raza y circunstancias, donde la familia va a tener su desarrollo. Al hablar de planificación espiritual nos referimos a la realizada a partir de cierto nivel evolutivo, y como espíritus desencarnados y con la anuencia y colaboración de espíritus protectores y guías.

Así se proyectará un programa dentro de un ámbito social, cultural, moral o religioso, con situaciones de salud o de enfermedad, y los seres que integran el grupo familiar.
Se determina cada uno de los integrantes, con un estado de equilibrio, lo que puede brindar cada uno y lo que puede necesitar los otros.
Así, afinidad y necesidad, son las dos condiciones de aprendizaje espiritual en el ámbito familiar. Necesidad a partir del compromiso de saldar deudas morales de otras vidas, esto explica la relación de enemistad o enfrentamiento entre padres e hijos o entre hermanos que en algunas familias ocurre. O tenemos que aprender distintas facetas , algo que tal vez los otros integrantes la poseen como conquista. aca surge la posibilidad de amar al enemigo.

Afinidad, cuando dentro de una familia existen tendencias, gustos, formas de pensar, inclinaciones religiosas, artísticas o del tipo que sean.

Comprender la finalidad de la familia, nos habla de causalidad, donde las variadas circunstancias están programadas y se teje desde vidas anteriores. Esto no significa determinismo o fatalismo, porque la acción del hombre con su libre albedrío puede dejar de lado esa programación o variarla con su accionar. Estas familias tendrán en forma individual y en forma grupal, el objetivo de crear las condiciones para producir aceptación, valoración, tolerancia, y respeto, para llegar por este camino a generar vínculos de afecto y unión.
La mayoría de las familias en nuestros niveles tienen por necesidad evolutiva, trabajar en el desarrollo de los sentimientos de unión y armonía familiar, por ello representan un verdadero esfuerzo cotidiano los vínculos y la convivencia en el hogar.

Puede suceder, sin embargo, al espíritu encarnado, que por distintas razones se frustre un proyecto original, proyecto con objetivos precisos y con los seres adecuados a tal fin. La flexibilidad de la Ley de Dios, le permite recurrir a una segunda instancia, determinada por otros objetivos y necesidades y con distinta relación entre las individualidades. La primera planificación es precisa y determina familias que desarrollan el estado de solidaridad ya que cada uno puede ser el promotor del crecimiento necesario de los otros. La segunda instancia no ocupan el primer lugar del objetivo, pero si es posible el crecimiento.
En algunos casos los vínculo de ayer están presentes hoy, aunque en distinto rol y la necesidad pasa por las uniones espirituales y su proyección en la evolución.

Exiten familias donde los vínculos se desarrollan en un ámbito de armonía y afecto. En estos casos el objetivo de encarnar en familia, ya no significa el trabajo para aprender la unión entre ellos, por que ya esta consolidado y obedece a la necesidad de realizar trabajos de solidaridad en el ámbito social. Dentro de esta programación espiritual, intervienen cada uno de los integrantes que serán parte del grupo definiéndose los roles que deberán ocupar para que se pueda cumplir la más ajustada posibilidad de crecimiento.
Podemos ver así de que forma maravillosa la Ley de Dios permite, a partir de las necesidades y afinidades, que cada integrante en su función encaje en forma perfecta y dar así cumplimiento al progreso individual y colectivo.

El rol gravitante de la pareja
Dentro de la familia la unión de la pareja, del matrimonio, es la que determina el tipo de familia. La pareja es la encargada de generar un aglutinamiento o una familia dispersa de seres que viven bajo el mismo techo pero con pocos vinculos de afecto y con sentimientos de estados de desapego. Por eso el matrimonio es el eje de la familia y es el que posibilita que la casa donde conviven se transforme en un hogar.
Cada miembro de la familia, a los padres y a los hijos, le caben funciones específicas y en conjunto. Estas últimas se basan a partir del cumplimiento de las individuales, del rol de cada uno de los integrantes y del fortalecimiento a partir de la preocupación del matrimonio. Pero son estériles o limitados los estados conductivos cuando parte solamente de uno ya sea padre o madre.
La familia debe velar por respetar y cumplir con los roles asignados a todos los integrantes, y cumplir con el objetivo de soporte a los otros seres con los cuales comparten la vida, sean espíritus encarnados con lazos con sanguíneos o no. Por ello, el hombre y la mujer vienen a aprender el rol que le corresponde, vienen a aprender a establecer vínculos de comprensión, afecto y fidelidad entre marido y mujer, que le asegure equilibrio emocional.

La familia se alimenta con una parte material y otra espiritual, ambas deben ser tenida en cuenta en forma equilibrada, determinan esfuerzos y trabajo. Antes el sustento, era llevado solo por el hombre; hoy necesita de la mujer para fortalecer el sustento material con el trabajo que realiza fuera de la hogar. Pero vemos como se va creando una cooperación entre ambos donde cada uno, cualquiera sea su rol, colabora con el otro.
Como siempre las dificultades que la vida nos presentan tienen un objetivo: generar estados de aprendizaje y colaboración; y si bien esto es cierto, todo cambio lleva tiempo. La necesidad de sustento y cobijo, en cumplimiento de la ley de trabajo, el espíritu encarnado dignifica su condición, orientación y amparo espiritual, mostrándose ante sus ojos, el camino del bien.

La familia de la nueva humanidad
La familia es en estos tiempos es el gran amortiguador de la sociedad. Es el refugio de un mundo áspero e individualista donde cada uno mira por si. Es el primer lugar de trabajo espiritual, a pesar de los conflictos que se suscitan, es donde todos aspiramos encontrar la armonía y la seguridad, al saber como son cada uno de los integrantes.

En la sociedad moderna el hombre se relaciona en forma transitoria, por breves plazos. El comportamiento se vuelve superficial, poco espontáneo y de acuerdo a lo que corresponde. Y si bien la tecnología ha promovido mejores condiciones de vida, también ha desvirtuado la relación humana de ser a ser, profundizando y agravando el aislamiento.
La familia cumple un rol fundamental para impedir la deshumanización de los seres y posibilita el acercamiento a la espiritualidad. La unión consolidada en el plano terrenal genera las condiciones de trascendencia espiritual. Esta trascendencia es la unión como el lazo que lleva al diálogo para conocerse, para comprender, para valorizar, para perdonar. Y si es necesario sacrificarse por el otro, renunciando al yo imperfecto que lleve a la cristalización del amor.

Muchas veces los hombres no alcanzamos a evaluar la riqueza que significa el esfuerzo de este tipo y dejamos correr la vida sin tratar de transitar el camino de crecimiento mutuo. Pero la ley provee elementos o circunstancias que nos despiertan. El dolor o la enfermedad nos hace brotar estados de humildad y de entrega para ser brindados a nuestros seres queridos. Este aprendizaje se realiza en la práctica diaria y nos puede llevar varias vidas concretarlo y requiere de la determinación y el esfuerzo de cada uno de los integrantes, por ello el que posee más conocimiento es mas responsable y guía.

Quisiera tener un último párrafo para la afectividad. La afectividad es la expresión de los sentimientos y la falta de ella no siempre significa carencia de afecto, muchas veces son problemas de manifestación. En una familia la afectividad tiene un papel importante dentro de un marco de autenticidad. Decirle al otro lo que siento por él, como me alegran sus logros, lo importante que es para mi vida, son a veces gestos pequeños que enriquecen las relaciones y hacen de sustento a la armonía.

La dulzura de la vida familiar, es el camino a construir amores duraderos; genera alegría y paz espiritual a pesar de las dificultades que se puedan presentar, porque enfrentar los avatares unidos le da a cada uno una fuerza mayor y un punto de apoyo. El hombre que realiza su vida en solitario, con nadie choca ni se rosa, ni se enfrenta, y así como las piedras se pulen con el roce, el hombre crece en la relación con los demás seres.

25 de abril de 2009

El vínculo con Dios y el Idealismo espírita




Cuando una idea o un nuevo conocimiento llega al hombre que ha buscado, lo primero que ocurre es un deslumbramiento ante la nueva perspectiva que tiene ante sus ojos. Con el paso de las vidas y experiencias no se reformulan nuevos cambios, ni tampoco se tiende a renovar aquello descubierto. Lo que fueron nuevas motivaciones e impulsos renovadores se estancan y se afirman en la personalidad espiritual como estructuras no sujetas a ser alteradas.

Y esto es porque existen momentos de la evolución donde la voluntad de progresar obedece a móviles, a motivaciones que se encuadran estrictamente dentro de la humano, de lo material. Pero es momento donde el ser Espírita debe intentar sublimizar el concepto de vivencia espiritual, el concepto de móvil y de motivación, y ello se encuentra estrictamente en la relación de conciencia. Esta relación de conciencia se alimenta mutuamente entre estado de Dios y espíritu encarnado. Es la fuente de todos los móviles trascendentes de vida, de realización y de idealización. Es una conjunción superior que moviliza al hombre a ser. Pero en esto, que representa el objetivo final y trascendente, se encierra primero todo un trabajo de humildad y sinceridad: humildad para saber qué se es y sinceridad para asumirlo en el nivel real.



Como espíritus en vías de progreso, podemos considerar nuestro pasado espiritual identificado en experiencias y estructuras dogmáticas y religiosas. Las motivaciones que parten de estas estructuras representan estados profundos de egoísmo donde el ser fija la necesidad de su salvación, esto es un orden individual selectivo y cerrado de individuos, grupos y organizaciones. Ello determina que hoy el Ser Espírita vuelque estas estructuras al seno y a la interpretación de una Doctrina Universal. ¿Es la doctrina la que debe ofrecer nuevos elementos a nuestra comprensión o son los individuos que en ella están enrolados los que deben promover una permanente y sincera actualización, movilización conceptual y sublimación de objetivos?
El espírita debe comprender que el fin no está en su salvación, ni en la salvaguarda de las estructuras administrativas o Institucionales, que es actitud extrema de precaución y fijan celosamente parámetros y límites a sus formas; sino que es la esencia misma la que conduce a la trascendencia, y esa trascendencia es el estado idealista que impulsado por el estado de Dios mismo, lleva a que los individuos rompan sus dependencias y se determinen a una verdadera condición de idealistas espíritas universalistas.

Esta nueva condición propone que el estímulo sea el estímulo Divino, Dios, su estado impulsando cada uno de nuestros espíritus. Esta relación necesita de la comprensión intelectual, más se inicia con la búsqueda sincera del sentimiento y se favorece y fortalece en la medida que el mismo ser ha realizado una apertura real de si mismo a favor de ese impulso Divino desarrollando el canal intuitivo propio, como medio para la presencia y Guía Divina.

La vinculación con Dios es a partir de la sinceridad, integridad moral y espiritual, buscando conectar la faz conciente de todo hombre con el estado superior que trasciende las formas, las religiosidades, los dogmas y el orgullo junto a la materialidad. Es a partir del mismo individuo que busca la expansión personal en la instrumentación de la ley de Dios, como bien supremo. Veremos entonces que uno solo puede ser la representación de un proyecto al bien, sin mediar los resultados, solo tratando de fijar el deber personal con sentimiento y proyectándolo hacia las necesidades.

Tenemos aquí el comienzo de toda una nueva vivencia del estado idealista. No es únicamente abordar el Espiritismo desde el pensamiento y la intelectualidad, es sobre todo abordar un conocimiento desde la esencia misma del espíritu, desde su realidad, desde la búsqueda del sentimiento. Este inicio, es una etapa post conceptual de la Doctrina Espírita y es momento de que el ser Espírita trate de incursionar en la Doctrina en su esencia espiritual, dejando de lado toda la estructura material que le proporciona apoyo a su egoísmo y a su orgullo.
Es preciso ser íntegro y perseguir la finalidad evolutiva en un fervoroso deseo de bien con humildad y sinceridad. La base de ello la podemos encontrar en una pregunta profunda que nos otorgará una visión real de nosotros mismos: ¿el progreso es una formalidad de los hombres para y entre los hombres o el progreso es una cuestión trascendental que escapa a esa relación entre hombres y se vincula y se encuadra en lo espiritual y universal? Podremos, así, apreciar que hay conductas que son pioneras de los convencionalismos y hay actitudes del sentir que desafían a estas y se sitúan marcando la diferencia en el terreno de las creatividades. Estas son fundamentales para alimentar el estado idealista y por consecuencia para que esta Doctrina represente su finalidad en el mundo actual dada la necesidad del hombre mismo.

La etapa post conceptual se nutre, se nutrirá y se forjará de este estado de relación con Dios, de estos idealistas y de estos hombres, por lo tanto el movimiento Espírita que no es el Espiritismo ni la Doctrina, no podrá acceder a su finalidad. El movimiento Espirita representará al Espiritismo y será Doctrina en el ámbito de las manifestaciones humanas y materiales, cuando los hombres con este sentir, integren sus filas y promuevan naturalmente, dejando las políticas de lado, las acciones dirigidas hacia lo necesario.

Sepamos que no hay tiempos, la idea del bien se siembra en todo ámbito donde la apertura lo permite. Por esta razón enfrentemos en el buen sentido de este término, al hombre y al idealista espírita con el estado de Dios como principio rector y movilizador.

24 de abril de 2009

Programa de Estudio año 2009


La intencionalidad de este Programa de Estudio 2009 es desarrollar en cada uno las condiciones para una vinculación más real con los estados de la vida. Los temas designados intentarán promover esta relación a través de tres aspectos:


1. El conocimiento como forma de expandir el estado de conciencia
2. El conocimiento como medio de generar estados de sensibilización e interés y
3. El conocimiento como promotor de la búsqueda y análisis íntimo

En este sentido, el estudio y la preparación responsable como la aspiración a comprender un poco más el funcionamiento de la Ley de Dios, representarán elementos de promoción hacia el objetivo propuesto.

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23/04 ............ La Materialidad como factor trascendente y como factor de entretenimiento y distracción para el espíritu encarnado (Objetivo: Comprensión de la materialidad de manera equilibrada, aprovechando la vida en su sentido, evitando las distracciones, entretenimientos y pérdidas de tiempo, ocasionados por proyectos y ambiciones materiales)

30/04 ........... Causalidad Familiar. Su programación espiritual (Objetivo: Dimensionamiento de la familia como hecho trascendente y como ámbito de prueba, invitando a la aceptación por causalidad y esfuerzo)

07/05 ........... La Ley Divina o Natural (Objetivo: La Ley Divina como estado natural rector de la vida universal, cuyo objetivo es la evolución)

14/05 ........... Interferencia de la rebeldía y la disconformidad en la aceptación de la vida (Objetivo: Análisis de nuestras rebeldías y disconformidades al proceso de la vida)

21/05 ........... El respeto como base de la unión y de la armonía (Objetivo: Dimensionamiento del respeto para generar uniones y armonía, analizando la acción de la imposición y su interferencia)

28/05 .......... Las vidas sucesivas, la reencarnación y sus leyes.

04/06 .......... El valor de la intelectualidad y del pensamiento como elementos para la transformación consciente (Objetivo: Método de transformación. Comprensión en estas fases, como forma inicial de la evolución consciente)

11/06 ........... Ley de Sociedad. (Objetivo: Valoración del concepto de la vida social)

18/06 .......... La Solidaridad como estado universal. (Objetivo: El estado solidario como hecho natural de la vida universal)

25/06 ........... Indulgencia y tolerancia en la familia. (Objetivo: Contribución, entrega y renuncia a la convivencia familiar)

02/07 ........... Las vidas sucesivas. Pruebas experimentales. Renovación de la memoria.
09/07 ........... El valor de reconocernos espíritus (Ubicación de la vida en una dimensión más acertada de sus hechos)

16/07 ........... Ley de Igualdad. (Objetivo: Comprensión de la igualdad como forma de promover el respeto y la valoración por el prójimo)

23/07 ........... Interferencia del orgullo en la personalidad y en la tarea de transformarnos. (Objetivo: Comprensión de la influencia del orgullo en la expresión integral de la personalidad, pensamientos, conductas, estados de ánimo y programaciones)

30/07 ........... Aspiraciones al conocimiento Divino. (Objetivo: Comprensión valorativa de la importancia de aspirar al conocimiento Divino como factor de impulso)

06/08 ........... Ley de Trabajo. (Objetivo: Comprensión de la necesidad del trabajo como medio de transcurrir la evolución y restar dogmatismo al estado de determinismo causal)

13/08 ........... El egoísmo estado central del sentimiento a transformar. (Objetivo: Entender naturalmente y sin culpas nuestra naturaleza)

20/08 ........... Agradecimiento como expresión de la humildad. (Objetivo: Agradecimiento como estado opuesto a la exigencia y a la disconformidad, ser capaces de valorar la vida como hecho de poder ser, de manifestación y de autoconstrucción)

27/08 ........... La difusión espírita. Los trabajadores de la última hora. (Objetivo: Reciprocidad entre el militante espírita y la Doctrina. Diferenciación entre Doctrina Espírita y Movimiento Espírita)

03/09 .......... Estados vibratorios del alma. La Memoria.

10/09 .......... Reconocimiento, renuncia y voluntad. (Objetivo: Método Universal de Transformación. Funcionamiento de los tres aspectos funcionando en forma individual y en conjunto)

17/09 .......... Parábola del sembrador. (Objetivo: Haremos del Espiritismo lo que nuestra responsabilidad y esfuerzo permita)

24/09 .......... La puerta estrecha. Responsabilidad e indolencia. (Objetivo: Concientización del estado de superación en el esfuerzo y la renuncia)

01/10 .......... El criterio de la Doctrina de los Espíritus.

08/10 .......... El valor de la generosidad material y espiritual. (Objetivo: Importancia de la generosidad material. Análisis de la mezquindad y la justificación del orgullo en la entrega material)

15/10 ........... La violencia. (Objetivo: La violencia como recurso del espíritu. Sus distintas manifestaciones)

22/10 .......... Bien sufrir y mal sufrir. (Objetivo: Actitud activa positiva, actitud disconforme y rebelde que inhibe la enseñanza de la prueba y profundiza sus condiciones)

29/10 .......... Ley de afinidad. Vínculos espirituales. Su influencia en nuestras vidas. (Objetivo: Ley de afinidad. Vínculos del pasado, del presente y de nuestra naturaleza. Acción de los espíritus en toda manifestación de vida)

05/11 .......... La Ley de los destinos.

12/11 ........... Amad a vuestros enemigos. (Objetivo: Humildad. Análisis del estado comprensivo de las debilidades e ingratitudes de nuestro prójimo)

19/11 ........... Importancia de la integración. (Objetivo: Valor de las experiencias como medio de aprendizaje para el espíritu. Análisis del papel del orgullo en nuestras prevenciones, cuidados y evasiones)

26/11 .......... Conocimiento, Fe y Moral. (Objetivo: Método de transformación. Relación de estos tras en las conquistas del espíritu)

03/12 .......... El dolor. (Objetivo: Valoración, aceptación y agradecimiento a la Justicia Divina)

10/12 .......... Amar al prójimo como a sí mismo. (Objetivo: Comprensión del amor a nuestros semejantes, en cada una de las expresiones que conforman la relación entre dos espíritus)

17/12 .......... El Cristo consolador. (Objetivo: Valoración de la Doctrina como expresión de la Ley de Dios)

La evolución consciente

La evolución de las Leyes Divinas que promueven las transformaciones de todo lo que ha sido creado, la transformación es : CAMBIO. Esta Ley que en el Libro de los Espíritus, denominaron Ley de Progreso, es la fuerza que impulsa a la evolución en el reino mineral, en el vegetal, en el animal y en el espíritu. La Evolución en el espíritu es, en principio, inconsciente. En la medida que el espíritu va logrando madurez espiritual y moral, accede a evolucionar de manera consciente.

Sabemos que la encarnación de un espíritu ocurre con una finalidad precisa, esa finalidad a partir del estudio de la Doctrina Espírita, nos demuestra que el espíritu debe perfeccionarse y que la encarnación es una etapa de manifestación a partir de la cual se toma habida cuenta de ser un espíritu, del compromiso, del lugar y de la responsabilidad que nos cabe para vivir el proceso de la vida, comprendiendo inexorablemente que el objeto de esta, se encuentra en la necesidad de la reforma íntima.


¿Por qué esta aclaración?. Tengamos en cuenta lo siguiente: el espíritu se distrae con la materialidad y esta distracción lo conduce a justificar y a descuidar procesos de vida que ha programado junto a su Espíritu Protector. El ser Espiritistas es una muestra de ello; no nos encontramos dentro del Espiritismo por casualidad, nos encontramos dentro de él, por necesidades evolutivas, por lo tanto es un hecho causal.
Decíamos al inicio, que el proceso evolutivo en los espíritus se presenta como proceso inconsciente y proceso consciente. El primero, es un proceso propio del nivel de espíritu que aún no ha podido despertar su conciencia, donde su sentido moral aún es insuficiente para comprender las Leyes Divinas. El proceso consciente, es un proceso donde el espíritu está en capacidad de trabajar activamente en su reforma moral, comprende la Ley Moral, se reconoce como espíritu y comprende la vida espiritual.
Tanto un proceso como otro, indican dos momentos en la evolución de un espíritu que claramente podemos diferenciar como un antes y un después. Imaginemos la diferencia entre uno y otro, imaginemos la vida enmarcada en uno y la vida enmarcada en otro; son dos procesos claramente diferenciados que encierran posibilidades distintas. El espíritu es uno antes de la evolución consciente y otro en ella.
¿Cómo se llega a la evolución consciente? Se llega mediante el conocimiento doctrinario, la disposición y el análisis y reconocimiento de sí mismo; para estos tres aspectos es fundamental la relación con el Espíritu Protector.

Información doctrinaria
Cuando conocemos a la Doctrina Espírita, nos sentimos impactados de manera significativa al comprender qué es lo que estamos haciendo en la vida y que somos un espíritu; podemos empezar a entender a la Justicia Divina como un hecho equitativo y descubrirnos al progreso como Ley. Esto nos deslumbra.
La primer consecuencia es: reconocimiento a Dios, esperanza y aspiraciones espirituales. Otra consecuencia posible es el fanatismo; y este fanatismo interfiere en la universalidad del Espiritismo y cuando a éste le restamos esta condición, alteramos su naturaleza, condicionamos nuestra forma de vivir y de entender el compromiso, el esfuerzo y las relaciones humanas. Tanto el deslumbramiento como el fanatismo son consecuencias normales para todos; todos lo hemos vivido, en más o en menos, de acuerdo a cada naturaleza espiritual.
Es cuando empezamos a generar un nuevo estado de conciencia a partir de lo que sabemos y a partir de la nueva escala de valores que la información adquirida nos plantea.
La Disposición aplicada a lo que sabemos forma el conocimiento. Este conocimiento actúa en nuestra conducta automáticamente. Pero aún no es evolución consciente, sólo es un esbozo, diríamos de semiconciencia. Para considerarnos dentro del estado de evolución consciente, debemos considerar la acción de buscar nuestros sentimientos con la mayor sinceridad, descubrirlos y reconocerlos para integrarlos a la condición consciente del espíritu.
La primera consecuencia es la adquisición de hábitos morales que nos conducen a reformar nuestra conducta. Sabemos ahora lo que está bien y corresponde hacer y lo que es equivocado y no corresponde hacer. La segunda consecuencia es el carácter superficial de este estado de conciencia, que sólo incide como dijimos en formar nuevas conductas.
SABER + DISPOSICION = CONDUCTA

Cabe aquí detenernos y analizar lo siguiente: ¿por qué conciencia superficial o semi-consciencia?. El progreso moral no se da por la repetición de hábitos y conductas. El mecanismo de repetición corresponde a procesos inferiores, por ejemplo: la transformación del instinto. La repetición de hábitos y de conductas es bueno para el espíritu porque representan propuestas, aspiraciones y objetivos de bien; pero en realidad la evolución consciente no se da por esta vía, se da a partir de la modificación del sentimiento; y para modificar el sentimiento hay que llegar a descubrirlo y reconocerlo. Así comprendemos que la virtud resulta de transformar la realidad equivocada, por ejemplo: el amor, la humildad y toda otra virtud es el resultado que da la transformación del egoísmo y del orgullo.

Evolución consciente
Es cuando va dirigida a descubrir y reconocer los sentimientos del espíritu, la denominamos consciente, porque el acto de descubrir los sentimientos y de reconocerlos permite a estas fuerzas dejar de actuar desde la faz inconsciente con total autonomía, se vuelven conscientes y comienzan así, a estar en la posibilidad de manejo del espíritu. Entonces:

INFORMACION DOCTRINARIA + DISPOSICION = CONOCIMIENTO

CONOCIMIENTO APLICADO A BUSCAR Y RECONOCER SENTIMIENTO = EVOLUCION CONSCIENTE

Si comparamos el segundo proceso con este último, vamos a darnos cuenta que el segundo proceso promueve la acción del conocimiento –vía programación de la conducta- mientras que en el tercer proceso, la acción del conocimiento se dirige a descubrir la realidad del sentimiento, para que a partir de su nueva condición consciente pueda el espíritu, mediante su voluntad, dirigirse a la conducta.
Podría definir el segundo proceso como:
SABER – ACTUAR

Podríamos definir el tercero como:
SABER – SENTIR – ACTUAR

Pero comprender la evolución consciente a nivel de este tercer proceso, es sin duda, un proceso resistido por el espíritu, difícil de integrar y de aceptar, porque el espíritu concibe naturalmente “saber-hacer”; más nos cuesta dimensionar valorativamente el esfuerzo aplicado a buscar y a reconocer lo que sentimos, quizás porque lo sentimos abstracto.

Nos decía un espíritu: “El espíritu es sentimiento y proyección”. ¿Qué quiere decir esta frase?. El espíritu es lo que siente; su realidad espiritual está en su sentir y nos modificamos en la medida que podemos transformar lo que sentimos, por ello nos decía que la proyección real es partir del sentimiento.

Intentemos analizar el valor de algunos estados que son claves para la evolución consciente:
Si no la hay, el sentimiento que anima cada una de nuestras tendencias no puede ser reconocido.

Reconocimiento
Implica descubrir la intención que anima a nuestros sentimientos; analizar y admitir no es lo mismo que reconocer

Ahora analicemos lo siguiente: ¿por qué el espíritu necesita reconocer el sentimiento para poder transformarlo?. Sabemos que los sentimientos no descubiertos, actúan desde el plano inconsciente, esto determina que su influencia a los pensamientos y a la conducta, se canalizan plenamente sin ser percibidos por el espíritu. Es decir, ve sus pensamientos y sus actitudes equivocadas como una respuesta de lo que sabe; deduce que no es lo que su conocimiento le enseña. Esto, ¿alcanza para motivar el cambio?. Esto es deductivo y parte de lo que sabemos, es intelectual.

Cuando el espíritu reconoce el sentimiento que anima cada tendencia, es cuando esta en posibilidad de sentir su equivocación y la necesidad de cambiar, demuestra que ahora es consciente. Y ello, junto a la voluntad, pueden empezar a moderar cada una de sus tendencias. Esto no es deductivo, forma parte de un deseo sincero de cambiar. El espíritu comprende en ese sentimiento reconocido su trasgresión a la Ley de Dios: se dio cuenta de su desfasaje moral.

Consciente e Inconsciente
El sentimiento posee un estado vibratorio propio. Desde el momento en que el sentimiento empieza a ser consciente, su estado vibratorio disminuye, y en esta disminución es proporcional a la profundidad del reconocimiento logrado. Ese nivel vibratorio que disminuimos mediante el reconocimiento representa la apertura que logramos. Es recién en esta apertura que podemos unir lo que sabemos a nuestra voluntad para influir en nuestra realidad.

Estamos habituados a definir cada una de nuestras tendencias, a admitirlas, a decir “es mi imposición, es mi intolerancia o es mi orgullo”; pero esto no siempre es un reconocimiento. Por ejemplo: queremos imponer un criterio, nos damos cuenta que estamos violentando una situación. Decimos: “es mi imposición”; nos damos cuenta de nuestra falta de respeto, lo admitimos y nos moderamos. Pero sepamos que nuestra imposición sigue intacta. Distinto es si además de admitirlo, tratamos de descubir el sentido que perseguimos al querer imponer nuestro criterio y advertimos el sentimiento que lo animó. Esto es reconocer.
odos estos procesos que he descripto, son todos positivos. Ubican al espíritu en distintos niveles de comprensión, dentro de las posibilidades, son todos movilizantes hacia el bien y hacia la espiritualidad. Fue clave acceder al primero, para llegar al segundo. Como lo fue éste para llegar al tercero. Cada proceso que vive el espíritu, es por demás respetable; es su proceso y no podemos abrir juicio. La Universalidad de esta Doctrina, nos ha enseñado que la determinación de cada ser, está condicionada por su ayer, pero también por la responsabilidad. Hay un momento para cada espíritu.

Centros potenciales. Egoísmo y Orgullo: Estados centrales del Espíritu
La conducta representa lo que expresamos. Para que todos entendamos claramente, tenemos distintas manifestaciones de esta. Somos por momentos tolerantes y corteses y por momentos no; quiere decir entonces que la conducta es cambiante, es acomodaticia, ante una situación igual en otro momento y bajo las condiciones de otro entorno, la respuesta es diferente.

Pensaran que la conducta responde a la manifestación del sentimiento, es así, pero nos confundamos en suponer que analizando la conducta vamos a descubrir la realidad del espíritu, es un error. Ahora si decimos que vamos analizar el sentimiento que animó a la conducta y ello lo hacemos mediante un estado de sinceridad, es otra cosa.

Dentro de los estados que debemos transformar en nuestros sentimientos se encuentra el orgullo y el egoísmo. De estos dos estados centrales se desprenden manifestaciones secundarias como lo son la imposición, rebeldía, disconformidad, etc. Digo secundarias, porque se desprenden a partir de estos dos estados. Estas manifestaciones secundarias, forman lo que llamamos Tendencias; y estas se manifiestan en nuestra forma de pensar y actuar. Diríamos entonces que espíritu “Es” en su manifestación, sentimiento canalizado en un Tendencia cuya muestra es la conducta.

¿Qué es el egoísmo?
El Orgullo nos lo definía un espíritu como la avidez de protagonismo. Si buscamos con sinceridad, nos daremos cuenta que el espíritu mediante este sentimiento, “se ubica en el centro del Mundo”, quiere ser primero, cree que es el mejor y cree que los demás son los equivocados. La susceptibilidad es una muestra. Estos dos estados centrales forman la realidad del sentimiento a transformar, a partir de estos dos el espíritu ES.

Dijimos anteriormente, que el espíritu en su manifestación es: Sentimiento-Tendencias-Conducta, esto representa la expresión. Para transformarse conscientemente el espíritu debe analizar su conducta, admitir sus tendencias y reconocer sentimientos, Conducta-Tendencia-Sentimiento, representando ello la búsqueda.
Este camino inverso, cierra el ciclo, constituyendo un ida y vuelta, al igual que todo en el universo que es expansión y contracción; es un ir y volver para avanzar; la encarnación de un espíritu y su desencarnación y su vuelta a encarnar y desencarnar. Todo esto es una clara muestra de este proceso Universal.

Diríamos entonces, que para transformar conscientemente nuestra naturaleza espiritual se requiere de la sinceridad como punto de partida, estado clave para determinar la asistencia espiritual: analizar la conducta, admitir nuestras tendencias y reconocer nuestros sentimientos.

Agradezcamos a Dios por esta oportunidad, agradezcamos a los espíritus de bien su asistencia, agradezcamos a nuestros Protectores su estado y pensemos que la tarea de mejorarnos debe ser vivida con naturalidad, sin culpas, pero responsablemente y esta responsabilidad tiene que ser cuidadosamente considerada cada día de nuestra vida, recordando estas palabras al inicio mencionamos.

Sabemos que la encarnación de un espíritu ocurre con una finalidad precisa. Esa finalidad a partir del estudio de la Doctrina Espírita, nos demuestra que el espíritu debe perfeccionarse y que la encarnación es una etapa de manifestación a partir de la cual se toma habida cuenta de ser un espíritu, del compromiso, del lugar y de la responsabilidad que nos cabe para vivir el proceso de la vida. Comprendiendo inexorablemente que el objetivo de ésta, se encuentra en la necesidad de la reforma íntima. Tenemos que repasar el nivel Compromiso, de Responsabilidad y de Sinceridad para saber el lugar en que cada uno de nosotros nos encontramos.

Para concluir tengamos en cuenta que: La transformación moral no es fácil. Por momentos el deber que parte de lo que sabemos nos resulta pesado, tenemos que saber que nuestros defectos son naturales y no malos.